Doctorados industriales en Cataluña: una nueva etapa

Los doctorados industriales son un ejemplo de política pública que establece unas bases compartidas entre el entorno de la educación superior, la investigación, la innovación y las empresas y las instituciones para impulsar la sociedad del conocimiento.

Albert Sangrà Morer, director del Plan de Doctorados Industriales

Hace unos pocos meses celebramos el acto que cerraba el 10º aniversario del Plan de Doctorados Industriales. Bajo la presidencia del consejero de Investigación y Universidades, Joaquim Nadal, se reunieron doctores y doctoras, doctorandos y doctorandas, investigadores e investigadoras de las universidades y centros de investigación y tecnológicos, responsables de las empresas e instituciones y miembros de la Administración. Es decir, todos aquellos actores que tienen un papel fundamental en el desarrollo de proyectos de doctorado industrial en nuestro país.

Los doctorados industriales son un ejemplo de política pública que establece unas bases compartidas entre el entorno de la educación superior, la investigación, la innovación y las empresas y las instituciones para impulsar la sociedad del conocimiento, tal y como destaca el Pacto Nacional para la Sociedad del Conocimiento. Un proyecto de tesis de doctorado industrial identifica una investigación que es estratégica para una empresa o institución, pero también es un modelo de transferencia de conocimiento y de tecnología hacia la sociedad, que recibe y percibe su impacto, en tanto que investigación aplicada.

Actualmente, ya se han superado los 1.000 proyectos de doctorado industrial, de los que ya se han defendido 364 tesis. Han participado todas las universidades catalanas y más de la mitad de los centros CERCA, además de casi 700 empresas e instituciones, de todo tamaño y naturaleza.

Tras estos diez primeros años, el Plan comienza una nueva etapa en la que quiere dar especial énfasis a la captación de proyectos de tesis que impliquen el ámbito educativo, el artístico y el de las humanidades. En la última convocatoria de ayudas del Plan de Doctorados Industriales se incorporaron modificaciones para incluir el ámbito escolar y, en general, las administraciones públicas como entidades impulsoras de estos proyectos. Ahora es necesario que los posibles proyectos emerjan, que se hagan visibles.

En esta nueva etapa las universidades deben tener un papel determinante, acercándose más a los ámbitos que todavía no han descubierto lo suficiente los beneficios que les puede aportar un doctorado industrial.

Las universidades y los centros de investigación y tecnológicos han sido el palco en el que se han consolidado los doctorados industriales. Sin la colaboración y el esfuerzo de todas estas instituciones del sistema catalán de investigación no habríamos llegado donde estamos ahora. Por ello, también en esta nueva etapa las universidades deben tener un papel determinante, acercándose más a los ámbitos que todavía no han descubierto lo suficiente los beneficios que les puede aportar un doctorado industrial.

Es necesario que se acerquen al ámbito escolar, en el que hay una necesidad enorme de desarrollar talento para investigar y hacer visibles evidencias que puedan informar más y mejor nuestro sistema educativo ante los enormes retos que se plantean. También a las administraciones, que pueden beneficiarse de esta investigación colaborativa para mejorar sus procesos y proveer servicios que satisfagan las necesidades de la ciudadanía.

Todavía hay investigadores e investigadoras en las universidades y centros de investigación que creen que el doctorado industrial es ajeno a su investigación. Nada más lejos de la realidad. En los últimos años, el número de proyectos que provienen del ámbito de las ciencias sociales, las artes y las humanidades se ha incrementado entre un 6 y un 13%, pero todavía no hemos tocado techo, y hay que seguir trabajando en esta dirección. Hay muchas empresas e instituciones que estarían dispuestas a trabajar conjuntamente con las universidades para generar líneas de investigación en cuestiones que les pueden resultar estratégicas. Si la investigación en la que se está trabajando tiene capacidad de impacto social y económico, seguro que es susceptible de estructurarse en forma de proyecto de tesis de doctorado industrial.

Tal y como señala el informe La inserción laboral de los doctores y doctoras de las universidades catalanas, elaborado por AQU Catalunya, cada vez más empresas e instituciones contratan a doctoras y doctores porque valoran el talento con el que contribuyen a su desarrollo. Sin embargo, todavía hay retos que conviene enfrentar y, por tanto, objetivos que hay que alcanzar en los años que vienen: el incremento de las estancias en empresas e instituciones del extranjero, como un indicador claro de internacionalización, y el aumento de la presencia de mujeres, especialmente en el rol de responsables en las empresas, las instituciones y las direcciones de tesis.

Universidades, centros de investigación y tecnológicos, empresas e instituciones están llamados, en los próximos años, a dar respuesta a una serie de retos en torno a los cuales se están poniendo las bases de la investigación del presente y, sobre todo, del futuro: el cambio climático, las energías renovables, la biotecnología, la inteligencia artificial, la transformación digital... Incentivar la investigación colaborativa de los doctorados industriales es una apuesta clara por este futuro que nuestro país y nuestra sociedad necesitan.