Descripció del projecte

La comunicación del sector del automóvil se caracteriza por la personalización de la oferta. La mayoría de las marcas han incorporado este atributo a sus mensajes, los productos permiten la incorporación de múltiples opciones que permiten al usuario actuar como prosumer y participar en el diseño del producto.

Esta estrategia comercial tiene un efecto directo en la organización de la producción de automóviles ya que, dentro de la industria dedicada a la producción de automóviles, uno de los problemas más recurrentes y de solución más compleja es la gestión del entorno sumamente complejo que supone la línea de producción. La complejidad tiene su origen en diversas características del propio producto, tales como el número de piezas que monta el producto en cuestión, la diferenciación entre ellas, los acabados o la propia tecnología de propulsión.

Como en cualquier proceso de innovación orientación al mercado o al marketing, las empresas de este sector innovan por exigencias del mercado o de los consumidores. Así, las características del producto se definen principalmente de acuerdo con los inputs del mercado, recogidos a partir de los procesos de investigación y análisis que lleva a cabo el Departamento de Marketing, en su División de Producto, el cual, a través del estudio de los datos obtenidos, define unas premisas de producto que estén de acuerdo con una segmentación de cliente y con un posicionamiento de marca. El objetivo final de estas premisas es, naturalmente, maximizar el margen obtenido en la venta del producto.

La conjunción de factores tan diversos como la segmentación de cliente, la personalización de la propia oferta comercial o la pujante irrupción del coche eléctrico, hacen que la producción de automóviles se lleve a cabo hoy en un entorno mucho más complejo que nunca, en el que resulta fundamental la fluidez de la comunicación interna interdepartamental. Así, encontrar un óptimo entre la complejidad que se genera en la línea de producción y el beneficio obtenido por la venta ha de ser, en este entorno de tanta volatilidad, una gran fuente de ventaja competitiva.

Es muy evidente el impacto de una oferta comercial en la gestión de esta complejidad. La elaboración de paquetes (“tipos”) cerrados, de cara a atacar los distintos segmentos de cliente o la fabricación por lotes ayuda a estabilizar la complejidad en la línea de producción. No obstante, se corre el riesgo evidente de limitar la propia oferta. Es necesario, por tanto, encontrar un óptimo, un punto de equilibrio que limite la complejidad en línea y que maximice la oferta comercial disponible, allí donde haya mayor beneficio (margen x volumen).