Vanesa Diaz, Ingeniera Superior de Telecomunicaciones con más de dos décadas de experiencia internacional en el sector, lidera como CEO LuxQuanta , una spin-off del Instituto de Ciencias Fotónicas ( ICFO ) pionera en comunicaciones cuánticas con sede en Castelldefels. Tras una trayectoria que le ha llevado desde roles técnicos hasta el desarrollo de mercado y la dirección estratégica, Diaz combina hoy su pasión tecnológica y habilidad comunicativa para posicionar a LuxQuanta como un actor clave en la protección de las comunicaciones digitales ante la amenaza emergente de los ordenadores cuánticos.
LuxQuanta se centra actualmente en el desarrollo de con llamada “Quantum Key Distribution” ( QKD ), que utiliza fotones para establecer claves criptográficas superseguras entre dos puntos. Estas claves se utilizan para cifrar mensajes y garantizar la privacidad de la información transmitida en las redes de telecomunicaciones. Recientemente, la empresa ha sido galardonada con el Premio Salvá y Campillo a la Emprendeduría en la 30ª edición de La Noche de las Telecomunicaciones y la Informática , por su trabajo pionero en criptografía cuántica. El evento, celebrado el pasado 2 de abril, es uno de los más prestigiosos del sector digital y de las telecomunicaciones de Catalunya. Desde el lanzamiento de la producción en 2023, LuxQuanta ha aumentado rápidamente, asegurando contratos con los principales operadores de telecomunicaciones y generando ingresos de millones de euros. Este premio reconoce el papel de LuxQuanta en el posicionamiento de Cataluña en la vanguardia de las comunicaciones de seguridad cuántica en Europa.
Actualmente, LuxQuanta impulsa su capacidad de I+D+i a través de dos proyectos de doctorado industrial activos, desarrollados en estrecha colaboración con el ICFO y la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC). El primer proyecto aborda uno de los principales retos de la QKD: la distribución cuántica de clave a largas distancias . El objetivo es investigar y desarrollar sistemas (tanto de variable discreta como continua) capaces de superar los límites actuales, con el objetivo de establecer comunicaciones cuánticas seguras por encima de los 150 km, lo que facilitaría su despliegue en redes de telecomunicaciones reales más extensas. El segundo proyecto se centra en la integración fotónica para sistemas CV-QKD (variables continuas) sobre chip. Esta línea de investigación busca miniaturizar y optimizar los componentes clave de la tecnología CV-QKD en circuitos integrados fotónicos (PICs), un paso esencial para mejorar la escalabilidad, robustez y reducir los costes de producción, facilitando así la futura estandarización y adopción masiva de esta tecnología de seguridad cuántica.
En esta entrevista, Vanesa Diaz analiza cómo la colaboración estratégica con el mundo académico, y específicamente la participación en el Plan de Doctorados Industriales de la Generalidad de Cataluña, resulta fundamental para acelerar la innovación y captar talento altamente especializado, factores cruciales para mantenerse a la vanguardia en el competitivo campo de la tecnología cuántica y alcanzar el liderazgo global.
– Vanesa, ¿qué es LuxQuanta y cuál es su misión en el campo cuántico?
– Somos una spin-off fundada en 2021 a partir del Instituto de Ciencias Fotónicas (ICFO), situado en Castelldefels. Nuestra empresa trabaja en el sector de las comunicaciones ópticas, asegurando todas las comunicaciones digitales globales mediante criptografía cuántica.
– ¿Qué valor estratégico aportan los Doctorados Industriales a LuxQuanta?
– El campo de las comunicaciones cuánticas presenta un reto tecnológico significativo para una empresa como la nuestra, especialmente por la dificultad de encontrar profesionales especializados en áreas específicas como el hardware óptico, electrónico y la programación de software. Tener la oportunidad de incorporar a estos profesionales, preparados para trabajar inmediatamente en comunicaciones cuánticas, es una ventaja considerable. Nos permite mantenernos a la vanguardia tecnológica y cubrir estas posiciones complicadas con mucha mayor rapidez que sin este tipo de colaboraciones.
– ¿Qué resultados prácticos han generado ya sus doctorandos industriales?
– Hemos tenido la suerte de incorporar a dos empleados, Pol y Eli, que están haciendo actualmente sus doctorados industriales, cada uno especializado en un área de conocimiento concreta. Pol lleva dos años con nosotros trabajando con tecnología que ya comercializamos y vendemos tanto en Europa como en el resto del mundo, optimizando el hardware. Eli, que lleva un año con nosotros, trabaja en la próxima generación de tecnología, en la que todos los componentes ópticos se concentran en un chip fotónico. Ambos aportan una capacidad muy potente: profesionales muy preparados que pueden profundizar en temas específicos con el soporte técnico del equipo sénior, ayudándonos así a alcanzar los objetivos en investigación y desarrollo con gran calidad y rapidez.
“Tener la oportunidad de incorporar a estos profesionales [doctorandos industriales], preparados para trabajar inmediatamente en comunicaciones cuánticas, es una ventaja considerable”.
– ¿Cómo se traduce la investigación de estos doctorandos en productos o aplicaciones para LuxQuanta?
– Su contribución alimenta directamente los productos que estamos comercializando actualmente y los que venderemos durante el próximo año. LuxQuanta es una empresa altamente tecnológica en el sector de las tecnologías cuánticas y la comunicación cuántica. Vendemos productos que protegen la criptografía a través de las leyes de la física cuántica. La aportación de estos doctorandos industriales consiste en optimizar los productos actuales y trabajar en la siguiente generación tecnológica, lo que nos permitirá consolidarnos como líderes globales, situándonos entre las tres o cinco principales empresas del sector.
– ¿Cuáles son las claves del éxito en la colaboración empresa-universidad en un Doctorado Industrial?
– Considero que la proximidad y la comunicación continua son esenciales. Como spin-off del ICFO, mantenemos un diálogo constante con el centro de investigación, que conoce bien nuestra trayectoria porque nos ayudó a nacer con un objetivo concreto: proteger las comunicaciones digitales con tecnología basada en física cuántica. Por otra parte, nosotros también conocemos sus líneas de desarrollo tecnológico. Uno de nuestros cofundadores sigue trabajando en el ICFO, fomentando así una retroalimentación positiva y facilitando la identificación de perfiles profesionales adecuados para nuestra empresa. Esta comunicación cercana también la aplicamos con la UPC.
– Como spin-off del ICFO, ¿qué ventajas concretas le aporta esta vinculación con el centro de investigación?
– Los beneficios son múltiples, especialmente estratégicos. Estos centros de investigación están siempre en vanguardia tecnológica y muy conectados con el ecosistema investigador europeo. Esto nos aporta referencias para resolver cuestiones tecnológicas y comerciales, y nos da visibilidad cuando somos una pequeña startup que se está iniciando. Contar con el apoyo de un centro de investigación facilita mucho el acceso a redes académicas, políticas e industriales, acelerando significativamente nuestro crecimiento. Además, nos permite captar talento de calidad ya recomendado por estos centros, esencial en un sector como las tecnologías cuánticas, donde existe una notable escasez de profesionales.
"La aportación de estos doctorandos industriales nos permitirá consolidarnos como líderes globales, situándonos entre las tres o cinco principales empresas del sector".
– Y para el centro de investigación, ¿qué regreso tiene impulsar una spin-off como LuxQuanta?
– Los centros de investigación desarrollan e incuban tecnologías durante varios años. Las personas clave implicadas en este proceso suelen convertirse en co-fundadores de las spin-off, manteniendo así una presencia del centro dentro de los accionistas de la empresa. A medida que la spin-off crece, aporta reputación en el centro de investigación de origen. El beneficio final para el centro es que esta inversión inicial se traduce en un retorno que acaba beneficiando a la ciudadanía, ya que muchos de estos centros son de carácter público.
– ¿Por qué recomendarías realizar un doctorado industrial?
– Una de las tareas que nos tomamos muy en serio es atraer talento. Constantemente apoyamos al ICFO ya otras universidades catalanas y españolas para que los estudiantes sepan que existimos y nos consideren cuando estén preparados para dar el salto al mundo profesional. Muchos estudiantes dudan si adentrarse plenamente en el mundo académico por otros cuatro años o buscar una experiencia profesional directa. El doctorado industrial es una excelente opción porque ofrece el mejor de los dos mundos: la posibilidad de profundizar técnicamente en un campo que te gusta y, al mismo tiempo, adquirir experiencia profesional en una empresa. Esta combinación abre muchas puertas y, por eso, lo recomiendo ampliamente a los estudiantes interesados.
