TÜV Rheinland Ibérica y la UAB lideran un doctorado industrial para la seguridad laboral frente a riesgos sistémicos emergentes

  • El proyecto busca adaptar la prevención a un contexto global donde riesgos como la COVID-19 o el clima extremo desafían a las empresas, proponiendo nuevas formas de gestión preventiva.
  • La colaboración entre TÜV Rheinland Ibérica y la UAB ha sido esencial para abordar la complejidad de los nuevos riesgos sistémicos, aportando un marco teórico robusto y herramientas metodológicas innovadoras.

TÜV Rheinland Ibérica y la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) están llevando a cabo un proyecto pionero de Doctorado Industrial centrado en la gestión preventiva de los llamados riesgos sistémicos, peligros emergentes y no tradicionales que están afectando cada vez más a la seguridad laboral a escala global. Este proyecto, titulado “ Gestión preventiva de riesgos sistémicos en el trabajo en Entidades de Inspección y Certificación ”, tiene como objetivo principal investigar y desarrollar nuevas estrategias preventivas ante amenazas como el cambio climático, las pandemias o los fenómenos meteorológicos extremos.

El proyecto surgió de la necesidad de adaptar los modelos tradicionales de gestión de riesgos laborales a un contexto incierto, especialmente después de la pandemia de COVID-19, que demostró cómo riesgos inicialmente considerados ajenos a las actividades empresariales pueden convertirse rápidamente en retos críticos para la seguridad de los trabajadores.

Los riesgos sistémicos son aquellos peligros que, sin ser inherentes a la actividad propia de una organización, se manifiestan de forma transversal tanto en el entorno laboral como extralaboral. Se caracterizan especialmente por su complejidad, incertidumbre, ambigüedad y por su potencial impacto en diversos ámbitos de la vida humana. Así lo explica Raül Díez, el doctorando industrial del proyecto, que destaca especialmente la pandemia por COVID-19 como ejemplo paradigmático de este fenómeno:

«La COVID-19 se convirtió de inmediato en un problema de seguridad en el trabajo, forzó a las empresas a evaluar y adaptar sus protocolos preventivos para proteger a los trabajadores ante este peligro emergente con una inmediatez inédita ya una escala sin precedentes»

Precisamente, este contexto ha hecho evidente que la línea divisoria entre riesgos laborales tradicionales y riesgos extralaborales se difumina en la sociedad actual, conocida como la "sociedad del riesgo". Empresas multinacionales o con presencia global, como TÜV Rheinland Ibérica, han tenido que revisar continuamente sus sistemas de seguridad laboral para proteger a sus trabajadores frente a situaciones críticas, independientemente del país o el contexto normativo donde desarrollan su actividad.

Raül Díez, el doctorando industrial del proyecto, en las instalaciones de la empresa

El cambio climático como nuevo factor de riesgo laboral

Además de la pandemia de la COVID-19, el otro gran reto identificado por este proyecto es el cambio climático, que se está convirtiendo en una amenaza creciente para la seguridad y salud laboral en todo el mundo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) prevé que el cambio climático aumentará las muertes relacionadas con determinantes sociales y ambientales, como fenómenos meteorológicos extremos, oleadas de calor recurrentes o el aumento de enfermedades zoonóticas.

Este contexto es también reconocido por el Marco Estratégico de la Unión Europea en materia de salud y seguridad laboral (2021-2027), que especifica que “el cambio climático puede afectar directamente a la salud de los trabajadores a través del aumento de la temperatura ambiente, la contaminación atmosférica o fenómenos meteorológicos extremos”.

Los efectos son especialmente graves para sectores con trabajadores expuestos directamente a las condiciones climáticas adversas, como la construcción, agricultura o industria petroquímica, como es el caso del Camp de Tarragona. Por eso, tal y como destacan los miembros del proyecto, muchas empresas ya están empezando a implementar medidas específicas, como la reorganización de los horarios laborales hacia franjas nocturnas o tempranas para evitar las horas de mayor calor, la implantación generalizada de sistemas híbridos o de teletrabajo para minimizar la exposición a enfermedades, o bien la instalación de sistemas de monitorización permanente para ajustar la actividad laboral.

Un ejemplo concreto citado por Díez es el sector petroquímico, donde ya se están adaptando las dinámicas laborales para proteger mejor a los trabajadores:

La colaboración universidad-empresa, clave para abordar nuevos riesgos laborales

La colaboración entre TÜV Rheinland Ibérica y la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) se ha demostrado esencial para abordar la complejidad de los nuevos riesgos sistémicos, aportando un marco teórico robusto, herramientas metodológicas innovadoras y una aplicación práctica directa en entornos laborales reales.

La UAB aporta principalmente un marco académico sólido que permite entender en profundidad las implicaciones de los riesgos globales emergentes. En este sentido, investigadores del programa de Doctorado en Seguridad Humana y Derecho Global de la Universidad han introducido conceptos innovadores basados en la Seguridad Humana definida por Naciones Unidas. Tal y como destaca Díez:

«La UAB ha sido clave en aportar un marco teórico y metodológico que enriquece el proyecto y amplía las capacidades investigadoras a la empresa hacia futuros retos».

Según el propio doctorando industrial, la línea de investigación no sólo aporta un enfoque teórico sólido sino que también proporciona herramientas prácticas para adaptar los sistemas preventivos a un contexto de constante cambio, elevando el nivel de protección de los trabajadores. El marco teórico del proyecto se traduce en estrategias prácticas que TÜV Rheinland Ibérica implementa para gestionar preventivamente los riesgos sistémicos en su actividad como entidad de certificación e inspección internacional. La aportación académica no sólo facilita la mejor comprensión de los riesgos emergentes, sino que permite aplicar metodologías de evaluación dinámica que superan la visión tradicional estática y reactiva de la prevención de riesgos laborales.

En este sentido, la colaboración con la UAB también ha facilitado a la empresa el acceso a fuentes especializadas, bases de datos y formación transversal en metodologías de investigación avanzada. Esto permite diseñar e implementar sistemas preventivos adaptativos que son capaces de anticiparse y responder con rapidez a los cambios globales, como se ha visto durante la pandemia por COVID-19 o frente a los fenómenos climáticos extremos.

Otra contribución relevante de la universidad es el impulso al concepto de Regulatory Competition, una teoría crítica que estudia cómo las decisiones empresariales e individuales –como la selección de proveedores basada en sus certificaciones o acreditaciones– pueden influir en la configuración del marco normativo laboral. Este concepto es particularmente visible en sectores como el químico del Camp de Tarragona, donde la coordinación entre empresas y entidades de certificación es vital para reducir los índices de accidentabilidad laboral.

Hacia una nueva normativa laboral basada en la autorregulación y la flexibilidad

Un aspecto crucial del proyecto es su potencial para influir en la evolución de las normativas laborales, especialmente en un contexto global marcado por riesgos emergentes. Una de las principales contribuciones del estudio es el análisis crítico de cómo las empresas pueden ir más allá del estricto cumplimiento de los mínimos legales, impulsando la protección de los trabajadores a través de mecanismos de autorregulación más rigurosos y adaptados a los desafíos globales actuales.

Por lo que va a cómo el proyecto puede influir en la creación de nuevas normativas de seguridad laboral, los miembros del proyecto destacan especialmente el concepto de “Regulatory Competition” (competencia reguladora), que ilustra cómo las decisiones estratégicas empresariales, como la elección de proveedores acreditados en seguridad, pueden convertirse en herramientas clave no sólo para garantizar la seguridad, sino también para garantizar la seguridad, sino también para garantizar la seguridad, sino también para .

"El proyecto aporta un análisis crítico de cómo, en un entorno de competencia jurídica, las decisiones individuales y empresariales, pueden influir en la configuración del marco normativo".

Esto implica que las conclusiones obtenidas en este proyecto podrían sentar las bases para un diálogo continuo y fructífero con instituciones públicas y organismos reguladores, como la Inspección de Trabajo o los Departamentos de Salud Laboral, para adaptar y actualizar las normativas laborales existentes a los nuevos riesgos globales, especialmente en territorios donde la regulación es actualmente dispersa o insuficiente. En definitiva, el proyecto no sólo aporta una visión crítica sobre el estado actual de las normas, sino que propone modelos más flexibles y adaptados a la realidad de un mercado global en constante evolución.

Tecnología, adaptabilidad y futuro de la prevención de riesgos

El proyecto también anticipa una profunda transformación en cómo las empresas gestionarán la seguridad laboral en los próximos años. La combinación de una metodología académica rigurosa, la adaptación continua de las empresas a los riesgos emergentes y la aplicación de tecnologías avanzadas, podrían configurar un escenario muy distinto en una década.

Los investigadores prevén que, en un plazo aproximado de diez años, la prevención de riesgos laborales será mucho más dinámica y personalizada, gracias sobre todo al uso masivo de tecnologías innovadoras como sistemas de monitorización continua, sensores inteligentes o algoritmos predictivos que permitirán una respuesta ágil frente a los nuevos retos globales. Este enfoque se traduciría en una gestión preventiva integrada, capaz de reaccionar casi en tiempo real frente a amenazas como nuevas pandemias, fenómenos climáticos extremos o riesgos desconocidos hasta el momento.

Las estrategias para proteger a los trabajadores de los riesgos sistémicos están evolucionando tanto a nivel regulador como tecnológico. A nivel regulador, el Real Decreto-ley 4/2023 modifica el Real Decreto 486/1997, estableciendo la obligación para las empresas de adaptarse a las condiciones meteorológicas adversas. Esto promueve una actitud proactiva que incluye factores externos. En el ámbito tecnológico, se están implementando sensores para monitorizar riesgos como el golpe de calor y el estrés térmico, y se utiliza Inteligencia Artificial para mejorar la evaluación de riesgos, incluyendo herramientas como ChatGPT, DeepSeek o Gemini.

En resumen, Díez concluye que actualmente se está avanzando hacia marcos regulatorios más dinámicos y flexibles, así como en herramientas tecnológicas avanzadas que permiten una implantación más efectiva y preventiva de medidas de seguridad laboral frente a riesgos sistémicos.t riesgos sistémicos.

«La evolución de la gestión preventiva de riesgos laborales podría transformar radicalmente la forma en que las empresas abordan la seguridad laboral».

El pensamiento crítico, herramienta esencial para gestionar riesgos sistémicos

Otra conclusión destacada del proyecto es la necesidad de incorporar el pensamiento crítico como herramienta central en la gestión preventiva de riesgos sistémicos. Según explica Díez, las empresas deberían abandonar la aplicación mecánica de las normativas tradicionales para adoptar un enfoque más crítico, capaz de identificar limitaciones, cuestionar los supuestos existentes y adaptar continuamente las medidas preventivas a la cambiante realidad.

En este sentido, Díez recomienda explícitamente este cambio de actitud para garantizar una mejor respuesta ante las futuras crisis, basándose en un análisis detallado y constante del contexto global: “Mi consejo para las empresas es adoptar el pensamiento crítico como eje fundamental para afrontar los riesgos sistémicos”. Una recomendación que pone de relieve la importancia de una gestión preventiva basada en evidencias, ágil y adaptativa, capaz de proteger realmente la seguridad y la salud laboral en contextos marcados por la incertidumbre global.

El proyecto desarrollado por TÜV Rheinland y la UAB no sólo supone un avance significativo en la gestión preventiva de riesgos sistémicos, sino que ofrece un marco práctico para que otras empresas puedan adaptarse a los retos que ya empiezan a definir la nueva realidad laboral del siglo XXI. Este impacto, según Díez, se extenderá progresivamente a todo el tejido empresarial, generando cambios profundos en la forma en que las empresas conciben e implementan la prevención laboral en un mundo global e interconectado.

En definitiva, este doctorado industrial marca un importante punto de inflexión, ofreciendo herramientas efectivas para abordar riesgos emergentes y anticipándose a las futuras necesidades normativas, tecnológicas y sociales que definirán la seguridad laboral de los próximos años.