
La transición hacia una industria más sostenible y la lucha contra el cambio climático exigen soluciones tecnológicas innovadoras y una estrecha colaboración entre el mundo empresarial y el académico. En este contexto, GasN2, empresa catalana fundada en 2009 y liderada por el ingeniero químico Oriol Martínez (IQS), se ha erigido en un actor destacado en el desarrollo de tecnologías para la generación de gases industriales in situ y, más recientemente, en la captura y valorización del dióxido de carbono.
Desde sus inicios, GasN2 ha apostado decididamente por la I+D como motor de crecimiento y diferenciación. Una pieza clave en esta estrategia ha sido su participación continuada en el Plan de Doctorados Industriales de la Generalitat de Cataluña. CO₂ mediante Adsorción por Cambio de Presión (PSA), sino que también ha explorado vías innovadoras para su reutilización en la industria alimentaria y la producción de productos químicos y combustibles sintéticos. Estos proyectos reflejan una evolución constante, desde la captura eficiente hasta la creación de valor a partir de un gas de efecto invernadero.
En esta entrevista, Oriol Martínez comparte su visión sobre el papel crucial de la innovación, la simbiosis necesaria entre universidad y empresa y los retos y oportunidades que plantea la sostenibilidad en el sector industrial.
"No estamos aquí para ganar dinero. Estamos aquí para dar solución a los problemas del planeta."
Oriol Martínez, presidente y fundador de GasN2 Comparte
– ¿Qué hace en GasN2?
– GasN2 es una compañía centrada en dar solución a los problemas de sostenibilidad del planeta. Trabajamos en el mundo de los gases: fabricamos máquinas que instalamos en casa de los clientes para producir distintos gases, como nitrógeno y oxígeno.
Gracias al doctorado industrial, del que hablaremos más adelante, aplicamos la misma tecnología. Tenemos un equipo que captura gases de combustión de calderas o de distintos puntos de emisión. Separamos los gases que están limpios y ya presentes en la atmósfera. Nos quedamos con el dióxido de carbono, lo concentramos mediante un proceso de presión y le damos otros usos. Además, disponemos de tecnologías para fabricar frío, bombas de calor y sistemas de secado para productos alimenticios, químicos y de química fina.
– ¿Cómo surgió la oportunidad de realizar un doctorado industrial?
– En ese momento, estábamos muy preocupados por la problemática mundial de la captura de CO₂. Las soluciones que encontrábamos en el mercado no eran viables, ya que generaban más impacto ambiental que emitir directamente el CO₂. Pensamos que sería interesante aplicar la tecnología que ya utilizábamos para fabricar nitrógeno para capturar el CO₂. Veíamos la posibilidad de hacerlo, pero nos faltaba conocimiento y personal.
En una conversación con el Instituto Químico de Sarrià (IQS), nos sugirieron que optáramos por un doctorado industrial. Nos presentaron Ángel, una persona que podía liderar este reto, y vimos claro que podíamos conectar con éxito las dos realidades: investigación y aplicación práctica. Así empezó nuestro primer proyecto en ese ámbito.
– ¿Qué ventajas le ha aportado el doctorado industrial y cómo le ha posicionado en su sector?
– El doctorado industrial nos ha permitido situarnos en el estado del arte tecnológico. Nos ha facilitado el acceso a todo el conocimiento que existe en la universidad, un conocimiento muy profundo que está mucho más allá de lo que hay habitualmente en la empresa.
A través del doctorado industrial, hemos establecido vínculos reales que nos han abierto la puerta a desarrollar nuevas tecnologías. Esto da la oportunidad de aplicar todo este conocimiento desarrollando nuevas tecnologías.
Se da una situación muy curiosa en la relación universidad-empresa: las empresas necesitan generar valor, y las universidades no. Por tanto, las universidades hacen investigación, y hacen investigación básica, pero no buscan hacer valer esta investigación.

"La gran problemática social no es sólo capturar el CO₂; [...] una vez lo has capturado debes saber qué haces con él."
Oriol Martínez, presidente y fundador de GasN2 Comparte
– ¿Cómo es la relación con la universidad a lo largo de los distintos proyectos?
– Ha cambiado mucho, pero GasN2 también ha cambiado mucho. Al principio, éramos una empresa muy pequeña, e invertir en un Doctorado Industrial era hacerlo con la única tecnología que creíamos que podía ser una tecnología de futuro.
Aquello significó la primera piedra para montar toda una estructura, invertir en el desarrollo de nuevas tecnologías, nuevas aplicaciones, nuevos productos, que son muy importantes.
Hoy tenemos 65 proyectos de I+D en marcha y somos 120 trabajadores, de los que 25 forman parte del equipo de innovación. El doctorado industrial fue el origen de esa transformación. Hizo posible que nuestros stakeholders entendieran la investigación como un activo fundamental para el crecimiento. Y no sólo para nosotros: ese enfoque es clave para cualquier empresa con vocación de futuro.
– ¿Y qué le aporta la Universidad concretamente?
– La universidad nos proporciona conocimiento especializado y riguroso, y la empresa lo que hace es darle valor. Las empresas transformamos ese conocimiento en soluciones aplicables y útiles para el mercado. Al final, las universidades desarrollan conocimiento, desarrollan know-how , pero no llegan al mercado, ese desarrollo no llega. Porque muchas veces todo este desarrollo tampoco aportará un valor añadido al mercado, al que necesita esta tecnología. Además, las empresas que damos soluciones, que damos servicios al mercado, sabemos cómo esta tecnología la podemos transformar en algo que el cliente necesita y está dispuesto a pagar por esta tecnología.
– ¿Qué papel juega la figura del doctor o la doctora dentro de la empresa?
– Al final, el doctor o doctora, aparte del título, lo que tiene es una excelencia en el conocimiento. Sabe cómo se adquiere el conocimiento y está más cerca de la verdad científica que cualquier otro perfil.
Cuando una empresa quiere desarrollar una tecnología líder, quien puede aportar este conocimiento diferencial es, precisamente, un doctor. Está en el nivel más alto del conocimiento y esto le permite abrir caminos que otros perfiles no pueden abordar.

– ¿Nos puedes poner ejemplos concretos de resultados de sus proyectos y de cómo contribuyen a retos socioeconómicos actuales?
– Recientemente hemos implementado una de las primeras tecnologías que permite capturar el CO₂ de las emisiones de una caldera y reutilizarlo dentro del mismo proceso de producción de una planta. Es un caso claro de economía circular: el CO₂ que antes se perdía en la atmósfera ahora se utiliza como recurso. Esta solución se ha instalado en la empresa Reixach , y están muy satisfechos, no sólo por los beneficios ambientales, sino también por el ahorro económico. Ésta es una gran aplicación muy interesante. Poder capturar CO₂ en los mismos procesos de producción…
Otro ejemplo es el proyecto con el grupo Teresa Carles Flax & Kale , que produce kombutxa. Estamos instalando un sistema que capturará el CO₂ de su caldera, utilizado para generar vapor en el proceso de producción, y este CO₂ se reutilizará para carbonatar las bebidas. El gas, que de otra forma se habría liberado a la atmósfera, queda fijado dentro del producto final. Cuando se consume, este CO₂ se convierte en carbonato cálcico. Es una forma innovadora y útil para fijar el carbono en el ciclo de vida de los productos.
– ¿Cuáles son los proyectos de futuro que tiene?
– Nuestro futuro está totalmente vinculado a la sostenibilidad. Cada día, en GasN2, trabajamos pensando en cómo hacer más sostenible el planeta, y esto pasa, inevitablemente, por el CO₂. Gracias al doctorado industrial hemos logrado desarrollar la tecnología más eficiente del mercado para capturarlo. Pero la gran problemática social no es capturar al CO₂; nosotros lo hacemos de forma muy eficiente, pero una vez lo has capturado debes saber qué haces con este CO₂.
El reto real es qué hacemos con este CO₂. Inyectarlo bajo el suelo puede ser una opción, pero no es una solución viable a gran escala. Cada año se emiten 52.000 millones de toneladas de CO₂ en la atmósfera, una barbaridad. Por tanto, debemos buscar alternativas viables, escalables y útiles. Por tanto, todas las tecnologías que se están desarrollando a partir de ahora son para responder a que haremos ahora que sabemos cómo capturarlo y sabemos que lo estamos capturando de forma eficiente.
Pongo un ejemplo rápido. Ahora mismo, pensamos en capturar una tonelada de CO₂… para entendernos, un coche por cada kilómetro que da emite 100 gramos de CO₂. Por tanto, estamos hablando de que es muchísimo. Para capturar una tonelada de CO₂, el coste que ha conseguido GasN2 está en torno a los 30 euros. Esto es muy bajo. Por tanto, capturar no es el problema. Lo podrá capturar todo el mundo que emita. Y estamos hablando de que hay empresas que están emitiendo millones de toneladas de CO₂. Perfecto, y cuando tienes un millón de toneladas capturadas, ¿qué haces de un millón de toneladas capturadas de este CO₂? En GasN2 estamos desarrollando tecnologías para transformar este CO₂ capturado en productos útiles como metanol o etileno. Con estos compuestos podemos fabricar resinas, plásticos y otros materiales de uso cotidiano. Estos productos se convierten en “verdes” porque son derivados directamente del CO₂ recuperado. Esto abre un camino hacia una economía circular real y transformadora.
– ¿Cree que la universidad puede aportarle a estos futuros proyectos?
– Cuando tú tienes la idea y sabes la necesidad social –y ese es nuestro trabajo, encontrar quién estará dispuesto a pagar por aplicar esto, por aplicar estas tecnologías–, tú necesitas la excelencia en desarrollar esta tecnología. No es suficiente con tener la idea. Lo difícil es desarrollarla, llevarla a cabo, hacer que funcione. Esta idea debe aterrizarse, dar color. Tienes que hacer que esta tecnología funcione, que sea robusta, y con ello nos ayuda a la universidad.
La universidad nos ayuda también con componentes que necesitamos: qué tipo de máquina necesitamos, qué membrana es la mejor para capturar ciertos compuestos, qué tecnología es óptima para producir hidrógeno, etc.
Aunque disponemos de un equipo de I+D muy potente, formado por 25 personas, no podemos hacerlo solos. Necesitamos el profundo conocimiento que sólo puede ofrecer la universidad, especialmente en ámbitos muy específicos como el hidrógeno o los sistemas avanzados de separación de gases.
– Desde el punto de vista de la empresa, ¿las publicaciones durante la investigación se ven como un riesgo o como una oportunidad?
– Te daré una opinión muy personal. Las patentes son útiles para quienes tienen una sola idea. Pero la industria ha evolucionado mucho. No podemos seguir pensando en que una tecnología debe ser propiedad exclusiva e inaccesible para el resto. Especialmente en el ámbito de la sostenibilidad, las tecnologías deberían hacerse públicas y estar al alcance de todos.
Publicar? ¡Por supuesto! Cuanto más mejor. Si otra empresa puede hacerlo mejor que nosotros, adelante. El objetivo no es ganar dinero a cualquier precio, sino aportar soluciones reales a los problemas del planeta. Naturalmente, las empresas deben ser económicamente viables, pero el sentido último de una empresa es dejar una huella positiva en el mundo.
Nosotros en concreto, el equipo de CO₂ lo tenemos patentado, tenemos otras patentes, pero probablemente si hubiera alguna aplicación que necesitara nuestra tecnología para ser más eficiente, y la empresa que llevara esta tecnología necesitara nuestra tecnología, probablemente nosotros estaríamos dispuestos a cederla. Debería mirarlo todo obviamente: como lo hacen, los gastos, para aportar algo bueno al planeta. Ahora, las patentes te permiten publicar con tranquilidad y, al mismo tiempo, tener cierto control sobre cómo se utilizará esa tecnología. Es fundamental que su uso sea ético y beneficioso para la sociedad.

"Si no haces un doctorado industrial, si no inviertes en innovación, ve pensando cuándo y cómo vas a cerrar tu empresa."
Oriol Martínez, presidente y fundador de GasN2 Comparte
– ¿Qué opinión tienes sobre la internacionalización de los doctorandos industriales?
– Nuestra generación ha vivido cómo Europa perdía peso en el contexto mundial. Hoy existen dos grandes polos globales: Estados Unidos, líderes en tecnología, y China, líder en fabricación. ¿Y Europa? Es pionera en regulación. Esto no es suficiente. Para volver a ocupar un lugar relevante en el campo tecnológico, es necesaria una relación estrecha y efectiva entre universidad y empresa, como ocurre en Estados Unidos.
Por tanto, dando respuesta a tu pregunta, la internacionalización sólo pasará si estamos en el estado del arte de la tecnología. Es clarísimo. No podremos competir con China en fabricación ni con Estados Unidos en innovación si no reforzamos esta colaboración. Y esto es clave para internacionalizar la investigación. Sólo podremos situarnos en el estado del arte si existe transferencia de conocimiento real, fluida y orientada a la innovación. Insisto, sólo podremos hacerlo si somos capaces de tener una buena relación entre universidad y empresa. Y si seguimos como hasta ahora, te aseguro que no podremos competir e iremos desapareciendo.
– ¿Recomendarías a las empresas realizar doctorados industriales?
– Completamente. Porque si no tu empresa no tiene futuro, si no haces un doctorado industrial, si no inviertes en innovación, ve pensando cuándo y cómo vas a cerrar tu empresa. El hecho es que las empresas, si no innovan, cada vez el ciclo de productos será más corto, por tanto, cada vez pasarás más rápidamente a la obsolescencia en cada uno de tus productos. O innovas, o sacas cosas nuevas, o sacas productos nuevos, o ve pensando cómo te lo harás cuando tu producto sea obsoleto, porque lo será.